El miércoles 17 de mayo, Eduardo
Cebrián se cambió de planeta… su familia lo vio partir en paz.
Eduardo fue una persona de
gran valía humana. Querido por su familia y amigos por su nobleza, entrega, generosidad
e integridad, que gracias a su
confianza y su carisma contaba con una legión de admiradores. Su
misión más clara fue quedarse en nuestro recuerdo.
Su hijo Guillem, May,
hermanos y cuñados, así como numerosos amigos tendremos para siempre a Edu en
nuestros recuerdos y corazones.
Desde nuestra tristeza por
su precipitada marcha, le enviamos saludos desde El Planeta No-Planeta, que
aparece y desaparece en cualquier lugar y todos conocemos o no-conocemos, ¡eso
va a gustos! El planeta de Edu es el único
con 4 Soles, 14 Lunas y 24 Osas Mayores para no perder nunca el rumbo.
Bendito Tú, que, guiado por esa Fuerza, conquistaste
en tus sueños lo que apenas sólo unos cuántos creemos.
No podríamos esperar menos de un “capricornio” apegado
a la tierra, siempre tratando de gobernar su destino y sus sueños, enrolado en
el eterno viaje hacia el Paraíso de Los Dulces Infiernos; buscando Tierra firme
entre Cielos Terribles de los que todos huyen sin haberse enfrentado.
Ojalá la suave brisa impulse con generosidad y tino las alas que hoy gobiernan
tu Espíritu Libre, surcando ese cielo que intuías hacia puertos sin nombre ni
límites; lugares fantasmas fuera del alcance de los que jamás se atreverán a
levantar la vista del suelo esclavos de sus propios miedos.
¿Tú crees en las casualidades? - Yo no.
Estamos seguros y confiamos que el tiempo nos
desvelará la razón de haberte encontrado en este laberinto.
No es religión, ni metafísica, ni cábalas ni
cuentos chinos; es contundente certeza, experiencia y creer en nosotros mismos.
Saludos desde el Faro de
este lado del Laberinto.
¡Muchas gracias por cuanto
nos has dado!!! Y no olvidemos que:
4 comentarios:
Todo un homenaje ...
Saludos
Gracias Mark por tu atención, en nombre de la familia y en el mío propio.
Saludos
Gracias Juan, tanto por el apoyo que nos has brindado como por la compañía que le hiciste a Edu cada día. Nos duele mucho el alma. Nunca se me pasó por la cabeza que tan pronto tuviera que dejar de decir "somos" siete para decir "eramos" siete.
No dejo de recordar a mi madre diciéndonos que un palillo era fácil romperlo pero siete juntos... yo creo que desde entonces siempre sentí que siete era un todo. ..y desde el día 17 de mayo me falta una parte.
Un hermano que se va, siempre supone una pérdida irremplazable, máxime, cuando se ha convivido largo tiempo. Confiemos que a donde se ha ido, sea para mejor vida que en esta.
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